YO SOY COPERO
I
Sí señor, yo soy copero,
que así le digo a mi mujer
cada vez que me pregunta
por el salario que llevo. . .
Y, le explico que coperas,
son muchachas de la noche
que viven de lo que beben
a expensas de los bolsillos
del cortejante que llegue. . .
Y, esas muchachas ligeras
-al decir de las honestas-
tendrán que beberse el asco
de ese burdo galanteo. . .
Y, seguir, seguir el juego
que, a más copas, más dinero. . .
Y, cuando despierta el alba
y se ha cumplido el horario,
pasan todas por la caja
para cobrar su salario
que, según lo establecido
entre patrón y coperas,
a más copas, más dinero. . .
II
Sí señor, yo soy copero,
sólo que, en vez de la noche,
comienzo por la mañana. . .
Y me rasuro la barba
para estar más presentable
y traje, cuello y corbata
para ser más respetable. . .
E imito buenas maneras
y aprendí a estrechar la mano
según las reglas del juego
y hasta encorvar las espaldas
como un ujier palaciego. . .
Y a decir … ¿cómo está usted?
y a sonreír ¡encantadol
y saludos por su casa
¿que tal anda su patrona’?
¡y el estudio de los chicosl
¡qué me dice de este mundo
que ni lo arregla Mahoma. . .!
Y a reírme a carcajadas
porque el patrón tiene gracia
cuando cuenta una humorada.
III
Sí señor, yo soy copero,
que el salario que me gano
tiene el asco de los “no”,
de todos los “no” que me bebo …
De esos que quedan adentro
porque hay que seguir el juego
que, según lo establecido
entre patrón y coperas,
a más copas, más dinero …