¡CHAU, VENTARRÓN...!

(Letra y recitado: Osvaldo Ardizzone)
(Tango – música Alejandro del Prado)

Vos decís que mi tango es malevo.
Vos decís que mi tango sólo es reo,
pero, en ese Arrabal, ese que quiero,
el Tango se hizo canto de esperanza. . .
Y, ya no hay grelas ni guapos que, en la danza,
hablen de amor con tajo y con barbijo. . .
Y, hay madres que le cantan a sus hijos,
dulce canción de amaneceres. . .

¿Para qué recordarte de Esthercita,
si Esthercita ya murió allá en Chiclana?
Si esta piba de todas las mañanas
no conoce el percal ni es Milonguita. . .
acaso no son tangos sus quimeras,
su tristeza de tren y de oficina. . .?
Olvidáte del gavión y de la mina
que Esthercita ya murió como Malena. . .

Recitado

Sólo quedamos yo y vos, hermano de antes,
sólo yo y vos y el perfume del recuerdo. . .
Y, el viejo coche con su trote lerdo
ya no alcanza la esquina del pasado. . .
¡Dejálo a Ventarrón, allá en Pompeya,
envuelto entre las brumas del Riachuelo
que, el suburbio de ayer, hoy mira al cielo
y busca un cacho e’ sol en la neblina. . .